Incluir una piscina en una vivienda residencial es siempre una genial idea. Con las opciones de tecnología de estos tiempos, las piscinas son más fáciles de limpiar y mantener, pueden climatizarse para usar a lo largo del año y, en un diseño bien planteado, incluso puedes procurar un cerramiento que logre una alberca de interior que puede exponerse al exterior en verano, con estructuras rebatibles y cerramientos de exteriores que se ajustan a cualquier presupuesto.
Las piscinas de fibra de vidrio están compuestas por elementos pre-modelados que se fabrican en una sola pieza, la cual se recubre con fibra de vidrio, un polímero compuesto por filamentos delgados de vidrio mezclados con una resina de poliéster. Esto permite la configuración de un material resistente aunque flexible, que acompañará los movimientos del terreno (su colocación es debajo del nivel del suelo) para tener una mayor durabilidad y un mantenimiento más simple.
En su superficie de contacto (donde está el agua y la que contacta con la piel) las piscinas de fibra de vidrio son tratadas con hidrogeles, pinturas y recubrimientos que les otorgan una textura suave, segura y muy resistente. Pueden pigmentarse y renovar el gelcoat (cobertura gelificada) cuando quieras (no necesitas hacerlo cada año) para hacer un mantenimiento simple que evitará que se resquebraje y que facilitará la modificación de su aspecto en lo visual. También permite la instalación de accesorios, maquinarias, luces sumergibles y todo lo que cualquier otro tipo de piscina facilita.
Son más económicas que las piscinas de material, pueden elaborarse en infinidad de diseños, formas y tamaños, y personalizarse en su estética muy fácilmente.
Este elemento es resistente al calor, suave al tacto, y tiene buenas cualidades de aislación térmica. Esto significa un uso mucho más confortable, que seguro querrás incluir en tu diseño para disfrutar de las delicias de nadar en cualquier momento del año. Consulta en tu mercado local las posibilidades de los fabricantes e instaladores, y en menos de una semana ya podrás estar vistiendo tu traje de baño y dándote un merecido chapuzón, para seguir adelante con tu obra en construcción.