Quienes tienen la fortuna de contar con un amplio espacio exterior pueden proyectar el diseño de un jardín verde y abundante. Pero si sólo tienes un lugar algo reducido, quizás embaldosado o con otro revestimiento que encarecería mucho el proyecto de picar y retirar escombros, rellenar el terreno y nivelarlo, para recién entonces sembrar verde, la planificación de un jardín podría complicarse. Pero, como siempre, tenemos buenas ideas para proponerte, y que así logres tener tu espacio exterior más confortable, y disfrutable.
Es, quizás, la opción más práctica para enverdecer cualquier ambiente, tanto en exteriores como también en interiores. La tecnología de su fabricación ha avanzado mucho en los últimos tiempos, permitiendo alfombras sintéticas de terminado mate, diversos colores y hasta alturas entremezcladas, que se asemejan mucho al césped natural.
Estas alfombras se adquieren por metro cuadrado o por planchas en largo, y pueden instalarse sin más colocándolas sobre cualquier superficie firme. En zonas de climas lluviosos se recomienda ponerlas sobre mallas que permitan el adecuado drenaje y desagüe hacia canaletas de contención. Puedes fijarlas al suelo, o sólo ponerlas sin bordes, adaptando tacos antideslizantes en la parte inferior, o adhesivos de cinta de doble contacto para evitar que se muevan con el uso o el viento.
¿Quieres poner césped real, pero no puedes o prefieres no romper el cerámico actual? Hay una buena alternativa que seguro querrás tener en cuenta. Se trata de la creación de un cajón natural, creado a la medida. Para hacerlo, libera la zona de cualquier suciedad (en especial tierra, hojas caídas u otros elementos orgánicos), y verifica que el piso esté nivelado, sin cerámicos sueltos o levantados. Marca la zona creando un cajón de entre 6 a 10 centímetros de altura como mínimo, ya sea con listones de madera tratada para exteriores, listones metálicos, ladrillos de bajo perfil, bloques cerámicos, o lo que sea que vayas a usar. Asegúrate de que este cajón tenga o pueda conectarse con un desagüe, una canaleta en el suelo o un cantero de tierra, donde vaya el agua que drene de tu césped.
Dentro del cajón y elevado por los laterales, pon plástico negro, del que suele usarse para crear estanques artificiales caseros. Estíralo bien, evitando que queden pliegues o roturas que permitan filtraciones inadecuadas. Este plástico sólo debe “perforarse” en la zona del desagüe, o bajar en altura hacia el cantero de tierra donde vaya a drenar el agua.
Esparce sobre el plástico tierra de cultivos, sólo unos 3 a 5 centímetros. Compáctala adecuadamente, logrando el leve desnivel que fuera necesario mediante la compactación y trabajo de la tierra, para que el agua escurra y drene en la dirección que tú así lo necesites. Luego, podrás sembrar el nuevo césped, o colocar champas de césped natural pisándolas sobre el suelo húmedo. Con un riego suficiente pero constante, las champas liberarán raíces hacia esta tierra compactada, y se asirá firmemente.
Así, habrás logrado un jardín donde quieras, sin agregar demasiado peso a la estructura (ideal para realizar en azoteas resistentes) ni romper la estructura actual, ¡que hasta puedes hacer en una vivienda rentada!