Para diseñar el ingreso al hogar debes tener una buena idea de cuál será el uso y el aspecto que deseas para este sitio. No es nada que debas subestimar: el ingreso es la primera imagen que tus invitados tendrán de tu vivienda. Por eso, se recomienda que sea un sito bien iluminado, libre de desorden y, por sobre todo, que tenga encanto y calidez. Y hoy tenemos una propuesta para lograrlo: te enseñamos a hacer un cantero que siempre tenga plantas en buen estado, sin importar la fecha del año ni tus nociones de jardinería.
Para hacer este cantero nos valdremos de un poco de habilidad. Supongamos que quieres hacer uno de un metro de largo, 50 cm de profundidad, y 80 cm de altura. Para simplificar la explicación, usaremos ladrillos convencionales de 25 x 15 x 8 cm (largo, ancho y alto), con uniones de mortero de 2 cm, pero puedes adaptar estas medidas a tu gusto o de acuerdo al material que tengas disponible.
Para hacer el cantero necesitarás:
Limpia y libera la zona de trabajo, y prepara tus materiales. Usa siempre guantes de trabajo y gafas de protección, por prevención. Toma las medidas y presenta los 16 ladrillos que conformarán la base de la pieza, para marcar las medidas y ubicaciones en el suelo con cal o con una tiza. Quítalos, y comienza a trabajar.
Prepara un balde de mortero de cemento, y aplícalo en el sitio de trabajo. Pon la primera base de ladrillos, presionándolos y golpeándolos suavemente (humedécelos si el clima estuviera muy soleado o seco). Corrobora que estén bien planos con el nivel de burbuja, deja una separación de unos 2 cm entre ellos a los lados y al frente (donde sea que se encuentren dos ladrillos). Ya bien acomodado, retira el excedente de mortero de la base y comienza a rellenar los espacios entre los ladrillos con el material.
Comienza a hacer la segunda capa de ladrillos, esta vez acomodando un tramo de manguera de goma entre ladrillos, para hacer un desagote hacia afuera y sujetándola con el mortero. Acomoda la manguera de modo que no quede presionada, usando los espacios entre ladrillos y fijándola con el mortero, llevándola hacia arriba, hasta aproximadamente la cuarta o quinta capa de ladrillos. Allí la conectarás con el desagüe.
Para hacer el desagüe presenta las tres bandejas para macetas que usarás en el proyecto. Estas quedarán por dentro de la obra y no se verán por fuera. Perfora al centro de las bandejas y coloca un conector para manguera. Usando los otros conectores, haz que cada pequeño tramo de la manguera de los desagües se una a la que has dejado fija en la pieza. Verifica que no haya quiebres en el material, para permitir el desagüe, y ahora coloca el mortero y/o la siguiente capa de ladrillos, fijando las bandejas en su sitio definitivo y quebrando ladrillos conforme fuera necesario.
Sigue haciendo la altura de la obra, dejando el cilindro descripto por las bandejas porta macetas. Usando el mortero, reviste las paredes interiores, para aislar los ladrillos de la humedad de los cultivos. Cuando hayas completado la altura de las macetas elegidas, dispón una capa de revoque, emprolijando los círculos de las aberturas de la boca de las macetas. Puedes crear una hendidura que facilite tomar y quitar las macetas luego.
Ya lista la pieza, reviste con el revoque o como prefieras. Pero antes dale el detalle final a la parte superior: con el mortero, o con ladrillos si prefieres, puedes crear un marco contenedor. De tal modo, ya seca la creación sólo tendrás que colocar las macetas con plantas y verter por toda la parte superior piedras para canteros, piedras de río u otros materiales decorativos, que te ayudarán a simular un cantero de tierra.
Pero cuando el clima cambie, las plantas se vean marchitas o quieras renovar la decoración, no tendrás que llamar al jardinero: bastará con mover un poco la piedrecillas y reemplazar los tiestos por otros de igual tamaño: ¡un cantero que podrás renovar a diario y para cada ocasión, en segundos!