La fibra de vidrio es un material que se obtiene haciendo pasar cristal fundido a través de una pieza agujereada. La fibra de vidrio es tan resistente que puede “tejerse” formando una malla o entramado. Esta malla de fibra de vidrio tiene diversas propiedades: es ignífuga, soporta grandes temperaturas, provee excelente aislamiento térmico, es inerte incluso a los ácidos, y resistente a las roturas. Por todas estas cualidades, la malla de fibra de vidrio tiene diversos usos en la construcción. Cabe aclarar que hay distintos tipos, con distintos espesores y tramados, según el destino que se le dé.
La malla de fibra de vidrio puede colocarse debajo del revoque, en paredes nuevas o en reparaciones, para asegurar una mejor fijación. Esto puede evitar fisuras y rajaduras cuando el revoque seque y se apliquen las diversas capas de terminación en los muros. La fibra de vidrio no debe colocarse directamente sobre el ladrillo, sino entre dos capas de revoque, de lo contrario no se fijará. No es necesario colocar siempre esta malla en los muros, pero sí es conveniente hacerlo en zonas que pueden llegar a recibir impactos, o que sufren reparaciones por humedad, grietas y fisuras. La malla se coloca en el momento de revestir con material impermeabilizante. Además de fijar e impermeabilizar, permite un mejor acabado final.
En pisos de cemento (cemento alisado o texturado, microcemento), se coloca antes de la capa final para dar mayor resistencia al tránsito y evitar que se produzca craquelado al secarse.
La malla de fibra de vidrio es también aislante, como dijimos, y puede usarse en combinación con el poliestireno expandido en muros y techos.
Aparte de su versatilidad, la malla de fibra de vidrio tiene otras grandes ventajas: puede aplicarse cobre cualquier superficie (mientras se le provea una base de agarre húmeda): yeso, mampostería, cemento, hormigón y hasta madera. Se puede cortar muy fácilmente con tijera o cuchillo, y no presenta bordes filosos como ocurre con el metal desplegado. Además, puede ser usada en estructuras exteriores, porque no se oxida ni la afectan los cambios climáticos.