Los toldos son una manera genial, económica y agradable de dar intimidad a los ambientes, evitar el paso excesivo del aire o el ingreso de la luz y, lo mejor, podemos instalarlos tanto en interiores como en exteriores, en quinchos, pérgolas ventanas, ¡y virtualmente donde quieras!
Hasta el toldo más simple se hace especial cuando se lo instala en distintas metodologías y superficies, y es muy fácil adaptarlo a la arquitectura y estética del ambiente con simples acciones, como la pintura y adhesión de terminaciones, volados y otros, dependiendo del estilo.
No se trata solamente de elegir el toldo por su color, sino principalmente de acuerdo al estilo del sitio. Los más oscuros y opacos darán mejor sombra, pero también restarán iluminación y puede que emitan más calor. Los más claros y livianos no darán tanto calor hacia abajo, pero puede que provoquen un brillo inadecuado en sitios con sol directo y prologado.
También verifica el material de tu toldo. Los más livianos son adecuados para sistemas enrollables y plegables, ocupando menos espacio en ello, pero pueden ser más susceptibles a daños en ciudades con climas de granizo o vientos grandes. También soportan menos peso, en caso de acumulación de agua o de nieve.
La intensidad de luz y la trayectoria del sol te ayudarán a definir entre materiales naturales o sintéticos, grosores, colores y formatos de instalación, desde toldos fijos hasta extensibles, enrollables, plegables u otros.
Además del material, grosor, color y otros detalles del toldo que elijas, debes atender al que se adecue mejor al sitio de instalación y a las necesidades del proyecto:
Estos toldos se ajustarán a todas tus necesidades de sombra, protección y ambientación en exteriores. ¡Aprovecha las opciones de tu mercado local!