Los muros prefabricados son una efectiva solución que ayuda a agilizar los tiempos de construcción en una obra y elevar el nivel de seguridad de la misma. Pueden ser armazones de hormigón (mayormente) completos o por sectores, en una confección industrializada que asegura calidad, firmeza y versatilidad en su acabado y presentación.
Los hay en dos tipologías generales, los primeros de pantallas o paneles de hormigón, más rígidos y realizados en plantas y luego trasladados a la obra, o de pantalla o panel de contención, más flexible y empleado mayormente en ingeniería civil, a menudo elaborados en la obra.
Su principal función es la contención del terreno para erigir diversas obras, residenciales o comerciales, grandes o livianas y de todo tipo. Se dividen en categorías a partir de su diseño y conformación, con utilizaciones bien definidas a partir de las condiciones y características del terreno, la zona de colocación y el uso necesario.
Los muros prefabricados pueden distinguirse según su diseño estructural:
Empotrados: se forman por un elemento nervado plano, que puede ser continuo o discontinuo, confeccionado con hormigón armado y empotrado en su base. Se los emplea para sostener y contener la tierra y no posee una función de revestimiento, pues su zapata requiere de excavación en la colocación. Por sus características, puede presentar dificultades en terrenos no uniformes o reblandecidos.
De pantalla: también denominados de pantalla y zapata in situ, estos muros de hormigón presentan secciones nervadas colocadas en forma continua, y se empotran a una zapata in situ. Son la parte exterior del muro, que recibe los empujes del terreno y absorben los esfuerzos cortantes.
De pantalla con tirante: son paneles prefabricados en hormigón, sean planos o nervados, anclados y con un tirante a una zapata in situ. Se los usa mayormente para muros de contención de terrenos en alturas considerables, es decir, superando sus 9 metros de altura en ocasiones.
Prefabricados completos: en estos muros se ha confeccionado en conjunto el panel y la zapata, en la forma de una pieza de hormigón en L, que permite diferentes acabados, más decorativo, además de funcional.
De lamas: se forman con placas transversales (lamas) colocadas en contrafuertes empotrados a la zapata in situ. Generalmente, llevan coberturas vegetales, y su posición levemente inclinada sirve también para el crecimiento de la vegetación, gracias también a su relleno de tierra vegetal.