En el diseño del jardín y de los sectores externos del hogar, los revestimientos de pisos suelen ser los elementos de mayores opciones. Los hay más costosos y más económicos, en diversos estilos, incluso algunos de los cuales pueden integrarse a la obra desde la construcción o pasado el tiempo. Veamos las opciones más comunes y sus características.
Los pisos articulados de concreto son una opción económica y muy funcional. Se trata de bloques de concreto, de formas simples y estética rústica, que se acomodan en el sendero nivelado. Los bloques se pueden adquirir como adoquines o formas ahuecadas, o bien se pueden realizar en casa, con moldes simples y materiales de construcción.
Para su colocación se debe deprimir el terreno y bordearlo prolijamente para colocar estos cubos o formas de concreto, rellenando los intersticios con arena o con tierra para una fijación extraordinaria con el agua de la lluvia y con el tránsito normal.
¿Tienes ladrillos sobrantes de la construcción? Pues puedes aprovecharlos en caminos y senderos sumamente económicos. Estos ladrillos son muy estéticos, aunque poco resistentes a golpes y raspaduras.
Para colocarlos se determina la ubicación y se deprime el terreno, nivelándolo y bordeándolo perfectamente. Luego se acomodan los ladrillos bien compactos o con leves separaciones entre sí, para rellenarla con tierra y semillas de césped o con arena, y así fijarlos perfectamente. Para protegerlos, puedes barnizarlos o pintarlos a tu preferencia.
Los pisos de gravilla o piedrecillas son otra opción sumamente económica. Simplemente se diseña el sendero, se deprime un poco el terreno y se perfila o bordea con piedras de mayor tamaño, que resultarán como contención para la gravilla. Luego, simplemente se vierte una cantidad de gravilla o piedras pequeñas, suavizadas y en el color y estilo que prefieras, logrando no menos de tres centímetros de altura. Con el tránsito, el riego y las lluvias, las piedras se compactarán bastante, logrando un camino que hará un exquisito sonido al circular por él.