Ya hemos aprendido sobre la técnica correcta para enmasillar como todo un experto en el tema. Pero, ¿ya sabes qué masilla para madera debes elegir?
En el mercado hallarás masilla de maderas clasificadas en tres tipos principales: de látex, de silicona, y de caucho butílico.
Las masillas látex, a su vez, pueden ser de látex acrílico. Es una de las más usadas, pues es más económica que las otras, su tiempo de secado es significativamente menos, y admite trabajos de imprimado, pintura y barnizado tan eficientemente como un corte de madera común.
Ya que está formulada con base de látex, es decir, al agua, puede ser emparejada con este líquido, y también se facilita la limpieza de los materiales y superficies sin necesidad de solventes ni químicos. Es la elegida para rellenar grietas, uniones y juntas de paneles, y para realizar todo tipo de trabajos pequeños y puntuales, además de ser apropiada para trabajar en superficies secas.
También puedes hallar masillas de látex vinílico, apta para superficies secas y húmedas, pues tiene mucho más resistencia al agua y es mucho más adhesiva, aunque un poco menos económica que las látex.
Es la gran elegida para trabajos en superficies húmedas, incluyendo cajas y platos de ducha, tarimas de piscinas y mucho más. Su costo es bastante mayor, pero se justifica con sus propiedades de resistencia al agua, al moho, a hongos y su sellado hermético. Posee la ventaja de no decolorarse ni teñirse con la acción del sol o el paso del tiempo y, en algunos casos, permite ser pintada.
Debido a sus componentes, deberás alisarla y limpiarla con un alcohol diluyente, como el isopropílico u otro similar. Como nota de importancia, esta masilla para maderas debe trabajarse en áreas ventiladas, pues durante su curado o secado desprende amoníaco.