Cuando encaras una obra, seguro contarás con la asesoría de un arquitecto, quien sabrá recomendar a un contratista o maestro mayor de obra calificado. Luego de analizar sus servicios y planificar una cita para conocerlo, seguro le habrás solicitado un presupuesto. Aprende qué es lo que debes ver de este documento, y algunos trucos para optimizar las labores y gastos.
Este es el sector del presupuesto en el que el contratista define, clara y explícitamente, cuáles son las labores a realizar. Léelo con detenimiento, dos o tres veces, para verificar que abarque todas tus necesidades. Si hubiera tareas no incluidas, consúltale la posibilidad de agregarlas, o bien la metodología de inclusión de otro profesional encargado de ese asunto en particular.
Algunos contratistas suelen incluir la lista de personas que trabajan a su mando. Esto permite a los clientes verificar los antecedentes de cada obrero, albañil, pintor y demás, sabiendo que no se esté lidiando con trabajadores ilegales o con antecedente indeseables.
De cualquier modo, si no incluye los nombres, puedes consultarle la posibilidad de conocerlos, o pedirle referencias de las personas de su plantel. Si tienes trabajadores calificados en diversas tareas, con quienes ya hayas trabajado, pregunta al contratista sobre la posibilidad de incluirlos a las labores.
Haz todas las preguntas que quieras, y asegúrate de conocer los detalles de las labores de cada encargado de labores. Esta es una lista que te ayudará a definir y analizar mejor el presupuesto, para cada persona interviniente en la obra:
El techista: puedes consultar el plan de colocación de tapajuntas y ripia, para prevenir futuras fugas de agua desde los techos. Consúltale el procedimiento elegido para la colocación de columnas o exteriores de extractores, chimeneas o parrillas, y las técnicas de sellado de las estructuras. Si vives en una ciudad con clima frío, nevadas o lluvias constantes, consulta si colocará un escudo de caucho en el borde de los techos.
El pintor: Pregunta sobre la preparación de las superficies, y las metodologías de aplicación de productos. Incluye temas como lijado o raspado a mano o máquina, lavado con agua o arena a presión, metodologías de imprimado y de pintura, además de los cuidados de protección y la experiencia en pinturas decorativas, si la obra integra guardas y detalles específicos. Si vas a utilizar algún producto novedoso y poco convencional, consúltale su experiencia con ello.
El fontanero: Por lo general, se define un precio fijo de sus labores en el presupuesto, algo bastante adecuado. Consulta su experiencia en sistemas de avanzada y de uso habitual, el sistema de limpieza y preparación de las tuberías y salidas, incluyendo los desagües y canaletas exteriores. Pregunta sobre la posibilidad de consultas posteriores a la obra, por emergencias, pues nadie conoce mejor los sistemas que quien los instala y acondiciona.
El paisajista: No siempre está incluido en el presupuesto del contratista, aunque es muy recomendable que lo haga. Define su experiencia y visión al respecto de especies, distribución, e indícale tus preferencias en cuanto a mantenimiento del área exterior. El pasiajista no sólo cubre el aspecto estético, sino mayormente el funcional de los espacios verdes.